Seguro que, si estás estudiando latín, alguien te habrá dicho con una sonrisa en la cara: “Ah, rosa-ae”. Es una anécdota que todos los que hemos estudiado latín compartimos y, lo más bonito de todo, es que hoy en día usamos esta misma palabra que empleaban los romanos. Además, aparece en prácticamente todos los libros de texto como paradigma de la primera declinación.
Aquí te explicaré con detalle las características de esta declinación, pero recuerda que siempre puedes unirte a mis clases de latín online o en Alicante.
Las desinencias son las siguientes:
Singular | Plural | |
Nominativo | ros-a | ros-ae |
Vocativo | ros-a | ros-ae |
Acusativo | ros-am | ros-as |
Genitivo | ros-ae | ros-arum |
Dativo | ros-ae | ros-is |
Ablativo | ros-a | ros-is |
Los sustantivos de esta declinación son femeninos, menos los nombres y los oficios de hombre, y gran parte de los de ríos, que son masculinos. Ejs.: nauta (el marinero), scriba (el escriba), agricola (el campesino), Catilina (nombre propio, Catilina), Sequana (el Sena) …


El Locativo. Los nombres de ciudad, en singular, de la primera declinación, como Roma, Malacca (Málaga), Caesaraugusta (Zaragoza), preservan un antiguo caso, el Locativo, que se utiliza para indicar el lugar en donde algo ocurre o alguien se halla. Su desinencia es –ae.
Romae, en Roma
Malaccae, en Málaga
Caesaraugustae, en Zaragoza
Los nombres de ciudad que tienen forma de plural sustituyen el Locativo por el Ablativo:
Athenis, en Atenas
Syracusis, en Siracusa
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